Réplicas Fallidas
del estado libio a la república de las sonrisas
Las analogías nunca son casuales, sino causales. Es decir que para que un fenómeno resulte complementario de otro es necesario que su fuente sea no sólo sólida sino congruente, pues lo que ocurre es una decodificación constante que habrá de alimentarse y retro alimentarse de manera sistémica.
En este sentido la caricatura planteada por las circunstancias en Coahuila ponen de manifiesto el deseo alter egoísta de un gobernador que, en ciernes, se asume líder de un estado conflictivo y en guerra, dividido por la lucha territorial y de castas o de tribus. Ciertamente somos conscientes de la ola de violencia que tiene secuestrada a la nación entera, pero no sabemos con exactitud qué película hayan visto sus asesores y sin embargo les garantizamos que la anécdota es ya muy conocida y los motivos no dejan de ser ruines: menoscabar la capacidad de análisis de una población que observa continuamente las acciones de sus “gobernantes” es un franco error de táctica y retórica.
El “atentado” sufrido ayer por el señor Moreira y su familia, resulta tan burdo en su confección y mensaje que cualquier bodrio hollywoodense a propósito de Gadafhi podrá resultar siempre más impactante. ¿Pero porqué la comparación? La explicación es más sencilla que el sustrato de las ideas que han acogido esta teoría en la mente de quienes esto escriben, y es que la ambigüedad no da para menos en un Estado en el que la manipulación de la nota está promulgada por el gobierno en turno, a tal nivel, que la información aparece primero en un medio nacional –El Universal – y después contradice su ánimo al proponer un operativo de seguridad que, simultáneo a los hechos, repele el pretendido ataque logrando el afortunado triunfo para la causa oficial. Porque además el texto cita: Al momento de dirigirse a su domicilio, los guardias lo alertaron (al gobernador) sobre la situación que se presentó con el vehículo de reconocimiento y avanzada; por lo cual su escolta personal llevó a cabo maniobras para ponerlo bajo resguardo. Es decir, ¿ellos ya sabían del ‘ataque’, puesto que son muy inteligentes?
Legitimar la compra de una camioneta blindada valuada en 5 mdp –aproximadamente- tal vez sea el acto menor ante el tremendo mensaje que las marionetas del régimen estatal lograron perpetrar la noche del 25 de diciembre, esto tras el escándalo colosal que les significó a través de las redes sociales y posiblemente en las sobre mesas de la cena del 24. Porque el asunto tiene aristas: una; están dando por hecho que el gobernador de Coahuila es tan peligroso para la delincuencia que ella habrá de atentar contra su vida, y/o en su caso y de ser posible, eliminarlo. (Es lo que sucedería si el atentado no falla). ¿Porqué? Porque ‘él sí combate a la delincuencia’. (Es el supuesto mediático del régimen).
Dos; (y la más simpática) se erige figura vulnerable alternándose con los grandes líderes represores del mundo convirtiéndose ipso facto en una réplica de lo colosal de aquellos. Sin embargo aquí hay un punto importante de incluir: con ello además también está pretendiendo convertir a los movimientos de indignación surgidos en Coahuila a través de redes, en réplicas.
Sin embargo y de ser cierta la anterior hipótesis, ella está completamente equivocada, porque lo que el gobierno ignora es que los movimientos de indignación en Coahuila tienen fulgor y destino. No sólo están evaluando estrategias sino que las han llevado a cabo en la medida de sus posibilidades. Lo anterior no los convierte en réplica y mucho menos fallida de otros movimientos en latitudes internacionales, sino que los anexa a un clamor universal que no tendrá fin hasta que los intereses del 99% sean tomados en cuenta y los gobiernos asuman su tarea de responder por igual a toda la sociedad, poniendo también fin a sus corruptelas.
No importa cuántas estrategias más considere poner en práctica el nuevo régimen de la sonrisa en nuestro Estado, lo que importa es que los estaremos observando, juzgando, denunciando y evidenciando siempre, y mucho más de lo que ellos mismos ya lo hacen con tan obvias y escalofriantes novedades: la nota que anuncia el ataque de un convoy al otro convoy es no nada más de caricatura sino de película épica, pues nos narra las aventuras de un sujeto que de Gobernador pasó a trol de su imperio de tropelías.

